☆ Memorias de un amante sarnoso

Títulos como Una noche en la ópera, Un día en las carreras y Sopa de Pato, llevaron al cine un estilo distinto, un humor ácido, corrosivo, que hacía reír, sobre todo a los adultos, ya que los hermanos Marx no fueron los favoritos de los públicos infantiles.

Nacido el 2 de octubre de 1895 en Nueva York, Groucho debutó siendo un niño -tenía doce años-, formando parte de una compañía de variedades, junto con sus dos hermanos mayores, que ya se habían especializado como payasos musicales. Chico tocaba el piano y Harpo el arpa, instrumentos con los que seguirían asombrando a los espectadores durante muchos años, incluso en los numerosos filmes que protagonizaron. Groucho tocaba la guitarra y el saxofón. Al correr del tiempo sería el más famoso y popular no sólo como actor, sino como escritor. Sus libros alcanzaron un gran éxito editorial, especialmente en los Estados Unidos. Se dedicó a escribir sobre sus hermanos, su hijo y sobre sí mismo en el titulado Groucho y yo. De todos los que escribió, el más leído ha sido Memorias de un amante sarnoso, traducido a varios idiomas.

Ironías… y desencanto

En Groucho y yo cuenta su vida desde los años de la infancia, desplegando en sus páginas el humor que siempre le caracterizó, mediante el empleo de un lenguaje original, satírico…, absurdo, como el reflejado en los personajes que interpretó en todos sus filmes. En el libro describe su vocación artística con estas frases llenas de ironía.– y de desencanto, pero a la vez de una comicidad originalísima: De niño me sentía lleno de avidez por el mundo del teatro. La escuela me producía un aburrimiento, indescriptible y lo único que me interesaba era la maestra, una chica irlandesa, alta, bien formada, de ojos azules llamada Séneca, que recitaba “Evangeline” con voz profunda y dramática. Su vibrante voz de contralto, junto a sus otros encantos, me emocionaba…, hasta que un día descubrí que le gustaban las mujeres, y ese fue el final para mí.

Y de su debut en el mundo del espectáculo escribe: Actuamos en Victor y Cripple Creek sin ser asesinados. Cuando acabamos me dirigí a1empresario para interrogarle sobre sus planes futuros. Pero el tipo había empaquetado rápidamente sus cosas y se había largado, lo mismo que el tercer miembro de la compañía, llevándose mi salario de dos semanas. Yo no tenía trabajo, pero en mundo de la farándula esto constituye un honor..- No estoy seguro de cómo me convertí en comediante o actor cómico. Tal vez no lo sea. En cualquier caso. me he ganado la vida muy bien durante una serie de años haciéndome pasar por uno de ellos.

Su opinión sobre el matrimonio

Las anécdotas de su vida son innumerables. En cierta ocasion, cuando se hallaba comiendo en un restaurante, como tardaban en servirle, le dijo al camarero: Si no me sirven enseguida, me iré con indignación. ¿Puede alguien llamar a Indignación?. A lo que mesero le replico: Oiga, que sólo tengo dos manos. Groucho le preguntó entonces: ¿Acaso conoce usted a alguien que tenga tres?

Su opinion del matrimonio, simplemente era genial, la cual citando de su viva voz: Conozco a centenares de maridos que volverían felices al hogar si no hubiera una esposa que les esperara. Quiten a las esposas del matrimonio y no habrá ningún divorcio. Trabajó hasta poco antes de su muerte. Tenía ochenta y dos años y seguía actuando en los escenarios y escribiendo. Vivía desde hacía siete años con la periodista Erin Fleming -había estado casado tres veces: con Ruth Gorson (1920-1942), Catherine Gorcey (1945-1951) y Eden Hartford, con la que contrajo matrimonio en l954-, quien, contagiada del humor negro, sarcástico, del inigualable cómico, respondió cuando le preguntaron cómo se encontraba poco después de su muerte: Groucho está durmiendo tranquilamente y en paz. Ha decidido echar una siesta y dejar que sus ojos descansen durante los próximos siglos.

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